Selección de las fotografías

El proyecto se inicia en el laboratorio de conservación del Museo Histórico de la Universidad Austral de Chile. Durante el mes de diciembre y bajo la atenta mirada y colaboración del antropólogo Claudio Zaror, revisé una cantidad enorme de fotografías de Valdivia. Para acotar la búsqueda establecí con anticipación ciertos criterios:

Tiempo: las fotografías debían ser antiguas, en un tramo que originalmente tracé entre 1900 y 1950. A lo largo de la investigación, me di cuenta que este margen debía ampliarse, llegando a contar con imágenes de hasta 1960. Hay una sola que no ha podido ser datada con exactitud y que probablemente es posterior a esta fecha.

Formato: las imágenes deberían corresponder, por tanto, a fotografías en blanco y negro. Sin embargo, fue posible encontrar una gran variedad de matices, ya que el paso del tiempo transformó estos blancos en amarillos. Al final de esta etapa surge la duda sobre ajustar estas tonalidades tan diversas o no, de corregir aquellas manchas de humedad o rayas

Espacio: sólo me interesaban aquellas fotografías de la ciudad de Valdivia que mostraran muy claramente su paisaje urbano. Quedaba así excluida parte del archivo con sus retratos familiares y paisajes naturales.

A lo largo de la búsqueda me hice la pregunta “¿Qué características busco en cada fotografía?”. Cada una debía contar con ciertos requisitos que fuesen más allá de los antes mencionados, que la hiciese especial por sobre todas las demás y esto era:

Belleza de la toma: la imagen debía contar con cierta composición que fuese llamativa al espectador.

Nitidez: debía tener en cuenta que estos positivados de pequeño formato, y no disponibles en negativo, serian ampliados a un tamaño de 2m x 1m aprox. Esto resaltaría los desenfoques que tuviese el original, prefiriendo aquellas tomas de mayor nitidez.

Lugares específicos: no me servían aquellas imágenes de lugares que no pudiese identificar, ya que cada fotografía seleccionada tendría que tener relación directa con uno de los recorridos de los microbuses.

Elementos: no sólo debía privilegiar la arquitectura, sino también los medios de transporte y las personas. Esto fue bastante difícil ya que por la amplitud de las tomas la gente ocupa poco espacio y sin mucho detalle.

Contraste con el lugar actual: si disponía de más de una fotografía preseleccionada para un mismo recorrido, optaba por aquella que mostrase mayores diferencias con el aspecto de ese mismo lugar en la actualidad, en un esfuerzo de acentuar el paso del tiempo.

Imaginario: desde el principio descarté aquellas fotografías típicas de Valdivia que ya había visto circular en postales u otros proyectos, poniendo especial énfasis en descubrir nuevas imágenes que enriquecieran nuestro imaginario sobre como era la ciudad durante la primera miad del siglo XX.